Uno de los creadores de la imagen nacional del costarricense en poemas narrativos que reproducen el habla local con humor. Trabajó en El Salvador en 1889 en el periódico La unión, propiedad de Rubén Darío, con quien hizo gran amistad, en diarios de la época como El comercio, Costa Rica ilustrada, La patria y  El periódico. Nació en San José  y  murió en Barcelona, sus restos fueron traídos al país en 1915.