Es considerado como uno de los pensadores y economistas costarricenses más influyentes de la primera mitad del siglo XX. Sus obras sobre economía constituyen un aporte fundamental en el conocimiento de la historia económica, social, política e institucional de Costa Rica. Se le reconoce además no sólo como un distinguido economista sino también por sus conocimientos sobre literatura universal y española, música, arte, sociología e historia. 

Estudió ciencias contables en Burdeos, Francia, en 1891. Empezó a divulgar sus ideas en los periódicos El imparcial, como codirector al lado de su primo Rogelio Fernández Güell, y en el Diario de Costa Rica.  Entre 1915 y 1917 se manifestó públicamente en favor de la política tributaria y hacendaria impulsada por el presidente Alfredo González Flores. Después del golpe de Estado encabezado por Federico Tinoco, se unió con Rogelio Fernández a los movimientos de oposición a la dictadura que se extendieron por todo el país. Regresó al país tras la caída de los Tinoco y se desempeñó como director General de Correos (1919-1920), diputado (1920-1922) y Ministro de Hacienda en el gobierno de Julio Acosta García.