Realizó investigaciones en múltiples campos científicos; fue director del Museo Nacional desde 1930 y uno de los primeros en instalar una planta de radio en Costa Rica, se interesó también por la fotografía y realizó estudios sobre la luz infrarroja y ultravioleta aplicada a las plantas, las mariposas y los paisajes. Al concluir la enseñanza secundaria, interesado por el estudio de las ciencias naturales, trabajó de asistente de entomología en el Museo Nacional y aprendió fundamentos de meteorología con Henri Pittier y Pedro Reitz. Fue profesor en varios centros de enseñanza media y  la Escuela de Farmacia. En 1897 viajó a Chile a estudiar en el Instituto Pedagógico de Santiago; amplió sus conocimientos arqueológicos, museológicos y entomológicos  que divulgó a su regreso al país en 1900.  Un colegio de San José fue bautizado con su nombre.