Religioso de la orden de San Juan de Dios, vino a Costa Rica desde León, Nicaragua, con el propósito de organizar el primer hospital San Juan de Dios del país,  que funcionó en el antiguo convento de La Soledad y obra de Esteban Lorenzo de Tristán, obispo de Nicaragua y Costa Rica. Fray Pablo trabajó en este centro médico sin credencial y realizaba diagnósticos y ofrecía tratamientos, lo que le ocasionó problemas y fue acusado de ejercer ilegalmente la medicina. Sin embargo, se le reconoce los esfuerzos por mantener funcionando el nosocomio, a pesar de la carencia de recursos y del  poder de oponentes como el Gobernador don José Vázquez Téllez.  Fray Pablo y los demás sacerdotes del San Juan de Dios se fueron a Cartago en 1815 y quisieron reabrir el hospital en varias ocasiones sin éxito.